La Antropología como ciencia formal surge en la segunda mitad del siglo XIX en un clima intelectual marcado por las ideas Evolucionistas en la Biología y una situación política caracterizada por la expansión y hegemonía europea.
La palabra “antropología” se deriva de la raíz griega antrhropo (“hombre”) y de la terminación nominal logía (“ciencia”). Su significado literal es, por lo tanto, “la ciencia del hombre”. Los antropólogos han tomado en serio la definición literal de su ciencia estudiar al hombre y todas sus obras.
La antropología es probablemente la más comprensiva de las ciencias que conciernen al hombre y sus obras. No es ciertamente la única. Las ciencias biológicas también estudian al hombre. La anatomía, por ejemplo, se refiere a la estructura física del hombre, tanto en sí misma como en contraste con la de los demás animales. La fisiología, la embriología y otras ciencias también tienen que ver con aspectos especiales del aparato corporal del hombre. El comportamiento del hombre es una materia tratada por distintas disciplinas, entre las que destacan la psicología, la sociología y la historia. La antropología, en cambio, combina en una sola disciplina los enfoques de las ciencias biológicas y de las sociales. Sus problemas se centran, por un lado, en el hombre como miembro del reino animal, y por otro, en el comportamiento del hombre como miembro de una sociedad. Además, el antropólogo no se limita a un grupo particular de hombres o a cualquier período de la Historia. Por el contrario, se interesa por las formas primitivas del hombre y su comportamiento (Beals, 1976, p.5).
La antropología es el estudio de la humanidad, de los pueblos antiguos y modernos y de sus estilos de vida. Las diferentes ramas de la antropología se centran en distintos aspectos o dimensiones de la experiencia humana. Algunos antropólogos estudian la evolución de nuestra especie, denominada científicamente Homo sapiens, a partir de especies más antiguas. Otros investigan cómo el Homo sapiens ha llegado a poseer la facultad, exclusivamente humana, para el lenguaje, el desarrollo y diversificación de los lenguajes y los modos en que las lenguas modernas satisfacen las necesidades de la comunicación humana. Otros, se ocupan de las tradiciones aprendidas de pensamiento y conducta que denominamos culturas, investigando cómo surgieron y se diferenciaron las culturas antiguas, y cómo y por qué cambian o permanecen iguales las culturas modernas (Harris, 2001, p. 13).
El antropólogo estudia la evolución estructural de la Humanidad y del desarrollo de las civilizaciones desde los primeros tiempos de que se conservan testimonios hasta el presente.
En lo que concierne a los grupos humanos y civilizaciones contemporáneas, el antropólogo da particular importancia a los estudios comparativos. Pretende descubrir en una rama de su ciencia, los criterios físicos que son diferentes a la Humanidad de las demás criaturas vivientes, así como lo que son útiles para distinguir las diversas variedades dentro de la familia humana misma.
El estudio comparativo de las civilizaciones o “culturas”, como las llama el antropólogo, centra su atención sobre las diferencias y semejanzas de cultura que se observan entre los múltiples grupos humanos que habitan la tierra y definir con ello las leyes o principios que rigen la formación y desenvolvimiento de las sociedades y culturas humanas.
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